En enero del 2022, en su ya tradicional encuentro con los medios de comunicación, el gobernador Miguel Ángel Navarro adelantó que estaban investigando en conjunto con la Fiscalía General de Nayarit a Juan Melesio González Chávez, ex secretario de planeación de Antonio Echevarría García.
Durante dicha conferencia, Navarro Quintero cedió el uso del micrófono a la contadora María Isabel Estrada Jiménez, secretaria de esa dependencia que pomposa e inútilmente se llama la ’Secretaría de Honestidad y Buena Gobernanza’, quien habló de que se tenían pruebas contra Juan Melesio González Chávez de haber adquirido 50 remolques de los utilizados en charrería para el transporte de caballos, así como 36 equipos charros, todo pagado con dinero público naturalmente y que no tenía otro propósito que el de asegurar su reelección como Presidente de la Unión de Asociaciones Charras del Estado de Nayarit.
Si esto es ya delicado, se pone peor cuando se sitúa en el contexto de que, meses más tarde, el gobernador Echevarría, junto con el Congreso del Estado, aprobarían la concesión de una propiedad pública en la loma de Tepic para erigir allí un museo dedicado a la charrería en Nayarit. Lo anterior, por supuesto, era una fachada para quedarse entre Juan Melesio González Chávez y Antonio Echevarría con dicha propiedad y operar allí lo que sería eventualmente el restaurante ’La Muleta’, visitado constantemente por el super asesor del gobernador, Gabriel Camarena.
’No habrá impunidad’, dijo en aquella ocasión el gobernador Navarro Quintero, pero a casi un año y medio nada ha pasado. Juan Melesio camina sonriente por las calles de Tepic, sabiéndose protegido por las complicidades y acuerdos generados por su socio, Toñito Echevarría y por su hermana, la legisladora Juanita González Chávez, quien traicionó al partido que la puso en la curul que hoy ocupa a cambio de comprar impunidad para su hermano. Lo que hay que ver.
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